Locación: Cumaná, Estado Sucre, Venezuela.
Fecha: 19 de mayo de 2005 (Otra vez no, todavía)
Evento: La misma reunión de ministros (Sí, todavía), el mismo Gabinete Móvil Regional pero en el segundo acto que es cuando, generalmente, los sainetes empiezan a ponerse buenos.
Como vimos en la primera entrega de esta trilogía del humor, el Presidente de la República B. de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías intuye que la región oriental del país presenta, vive, sufre una severa crisis de energía. El alcalde de Santa Ana, el Gobernador del Estado y el mismísimo Ministro de Energía, en sus medias lenguas, en su desconocimiento, en su ineficacia, pusieron su máximo esfuerzo en explicar algo que saben que está allí, saben que es grave pero que, al menos hasta ahora que tienen al jefe al frente, como que no les había preocupado mucho.
Se espera que el Presidente, conociendo que la energía eléctrica es la columna vertebral de un país, reaccione y asuma el control del asunto de manera que el problema sea atacado con firmeza y concreción.
Después de haberlos escuchado a todos, habla el Presidente:
El Presidente: –La energía, la desinversión.
Presidente, es nuestra obligación decirle que desinversión significa, según el nunca bien ponderado Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “retirar lo invertido”, y no como parece ser que ustedes piensan, que desinversión quiere decir “dejar de invertir”. Bueno, a menos que…
El Presidente: –Entonces, es allí, y me permito de esta reflexión: el problema concreto que ustedes están planteando para insistir en el tema este que ya he referido hace un rato, la acumulación de recursos para ser administrados apuntando directamente a las fallas estructurales, a los nudos gordianos que nos tienen amarrados, pues.
¿Serán éstos momentos de reflexión? Como que sí ¿verdad? El momento parecería propicio para evaluar los siete años de gobierno bolivariano; de preguntarse cómo es posible que todavía el problema de la energía eléctrica no esté ni remotamente evaluado, ni remotamente estudiado, ni remotamente planificada su solución. Pero entonces, al ver las respuestas de los ministros, las caras que ponen los gobernadores, las escurridizas salidas que usan los responsables para librarse, no se puede menos que pensar que los nudos gordianos ¡son ellos mismos!
El Presidente: –El transporte, las carreteras, las vías de penetración, el agua, el agua potable, el agua para riego, sistemas de riego, la energía, y cuántos otros más.
Ha sido ésta reflexión de tal profundidad, tan iluminada, tan reveladora de ideas y conocimientos y, sobre todo, de tal utilidad en un gabinete ambulante de ministros: El agua y las variadas maneras en que el hombre puede hacer uso de ella. Atención ministros, gobernadores y alcaldes, que más tardecito se lo pueden preguntar.
Veamos cómo reacciona a ella el Ministro Ramírez.
El Ministro de Energía: –Gracias, Presidente. Efectivamente, nosotros estamos confrontando una situación que venimos analizando y preparando las medidas para resolverlo. Aquí el país debe haber sabido que en aproximadamente 25 años no se había invertido un dólar en generación eléctrica; los sistemas eléctricos por la ley de privatización que existía, estaban siendo condenados a un proceso de desinversión para privatizar, privatización que tuvo algunos resultados concretos como el sistema eléctrico del estado Nueva Esparta, por ejemplo. Cadafe iba hacia su privatización. Luego es en su gobierno, después de veinte, veinticinco años, que se han empezado a hacer la primera inversión y el año pasado…
Permítanos, señor Ministro, la cotufita pero es que el gobierno del Presidente Chávez, que también ha sido el suyo, lleva (para la fecha de su lúcida y concreta intervención) casi siete años disponiendo del país ¿y es apenas el año pasado, es decir, a los casi seis años de estar con el coroto en la mano, es cuando se hace la primera inversión?
Perdone la interrupción, siga usted.
El Ministro de Energía: –… y el año pasado, de los excedentes petroleros se invirtieron más de 600 millones de dólares en plantas eléctricas que van entrando.Ajá, ¿qué va entrando? ¿las plantas eléctricas o los 600 millones de dólares? ¿Y para dónde van entrando? ¿Quién los está haciendo pasar y por dónde? Porque, hasta lo que sabemos por lo que nos lo han explicado ellos mismos, la crisis está, si no peor, igual que cuando entraron esos 600 millones de dólares.
El Ministro de Energía: –Una vez resuelto el problema de la generación, ahora lo que estamos viendo, lo que estamos atacando y es lo que afecta directamente los estados y los municipios, es que tenemos deficiencias en el sistema de transmisión y distribución. Nosotros estamos preparando un trabajo, una presentación para el gabinete de Infraestructura donde hacemos un requerimiento de inversiones que deben hacerse de manera perentoria en el sistema de transmisiones aguas abajo de la …
Otra vez ¡ajá! ¿Está resuelto el problema de la generación de energía aún cuando las plantas eléctricas (o los 600 millones de dólares) apenas están entrando? ¿O será que son unas plantas tan modernas que resuelven sin haber terminado de entrar? ¡Guaooo!
El Presidente: –¿Cuándo podemos ver ese proyecto? ¿En cuánto tiempo?
Y se ríe el Ministro, como los carajitos cuando son pillados en una trampa.
El Ministro de Energía: –Bueno, mañana tenemos Gabinete de Infraestructura para verlo y se lo podemos…
El Presidente: –Mañana lo van a ver en Gabinete de Infraestructura.
¿Y ya, eñor Presidente? ¿Eso fue todo? ¿No les va a preguntar, no sé, algo así como que en cuánto tiempo piensan desarrollar ese proyecto? Ya sabemos que no llevaron para la reunión ni una ficha técnica, ni un mapita borroneado, mucho menos una medio idea esbozada en Power Point para mostrar ese proyecto y por lo mismo Presidente ¿no le da curiosidad saber en qué consiste algo que hace unos minutos no existía, que por unos breves segundos fue apenas una intención de reunión para hacer un plan de trabajo y de repente pasó a convertirse en todo un señor proyecto? Recordemos lo que nos dijo el Gobernador del Estado Anzoátegui hace un ratico, no más.
El Gobernador: –Yo diría que el 70% del Estado Anzoátegui se está viendo afectada por una crisis energética sumamente grave que viene arrastrándose durante muchísimos años… Hoy lo conversaba con el Ministro Rafael Ramírez y quedamos en hacer un plan de trabajo, una reunión técnica para VERDADERAMENTE salir de este problema.
¿Y el Presidente le habrá visto la cara al Ministro cuando le respondió?
El Ministro de Energía: –Bueno, mañana tenemos Gabinete de Infraestructura para verlo…
Perdónenme ustedes la metralla de preguntas pero, ¿son ideas mías o el Presidente ha debido insistir un poco en lo del proyecto? ¿No tendría que haber hablado con cierto énfasis en la gravedad del asunto? ¿No hubiera sido sensacionalmente mediático que el Presidente de la República B. de Venezuela profundizara un poco en lo que significa que toda una región del país esté padeciendo las inclemencias derivadas de un sistema de energía eléctrica que está a punto de colapsar? ¿Habrá el Primer Mandatario caído en cuenta de que ya es la tercera persona en esta reunión que le habla de planes de trabajo, de proyectos de inversión, de solución de problemas sin más respaldo que una sospechosa sonrisa y una petición de dinero? ¿Será éste el sistema de planificación con el que este gabinete de ministros, móvil o estático, suele acometer los problemas del país? Y dijo el señor Presidente haciendo gala de la más didáctica de sus entonaciones:
El Presidente: –Muy bien. Es el ciclo del agua, el ciclo de la energía, bueno, esos son elementos absolutamente imprescindibles para poder salir adelante…
El Libro Gordo te enseña, El Libro Gordo entretiene…
¿Qué habrá querido decir el Maestro Universal con esta oración de cierre? ¿Que para poder seguir adelante es necesario que conozcamos el ciclo del agua y el de la energía? ¿O quiso decir que con eso basta? ¿Acaso quiso el Presidente recordarle a sus ministros que no se afanen, que no hace falta mucha reunión, que con conocer los ya mencionados ciclos nos podemos dar por servidos? ¿O simplemente no le importa?
Esta obra bufa continuará. Aunque usted no lo crea, hay más.