Ligera de cascos, ligero de bolsillo
En cuanto a fecha y locación esto no ha cambiado nada desde la última entrega. Seguimos en Cumaná y sigue siendo jueves 19 de mayo de 2005. La actividad, igual: ellos en el mismo gabinete móvil regional que nos ha mantenido entretenidos todo este tiempo, y nosotros queriendo descifrar lo que allí sucede, esperando el momento cumbre cuando los protagonistas de esta parodia gubernamental cambien la trama y nos hagan pasar de lo insustancial, lo trivial, lo superficial y lo inútil a –aunque sea- una escena en la que nos permitan disfrutar de –no pedimos más que eso- un instante, mínimo, no importa, de análisis profundo, de planteamientos fundamentales, de decisiones importantes. Es decir, que nos empiece a parecer que la cosa –esta cosa- va en serio.
Vemos entonces que, después de escuchar los pedidos del Alcalde de Santa Ana, habla el Presidente de la República B…, B…, B… de Venezuela:
El Presidente: –Tusquet, coordina con el Ministro y dile a tu gente allá del municipio que vamos a arreglar esa carretera…
¡Aplausos! ¡Vivas! Una fiesta, pues…
El Alcalde de Santa Ana : –Ese es el regalo, Presidente, que le envía hoy a un pueblo, precisamente hoy que está cumpliendo 284 años de fundada. Hoy está cumpliendo Santa Ana, 19 de mayo, y tienen fiesta inclusive allá en las comunidades y ese es el mejor mensaje, el mejor regalo que le envía a ese pueblo de Santa Ana. Gracias Presidente.
El Alcalde agradece emocionado, en nombre del pueblo de Santa Ana, la generosidad, el desprendimiento, la dádiva, el espléndido regalo que le hace, no el Gobernador del estado, no, la promesa viene de boca, nada más y nada menos, que del mismísimo presidente de la República B… de Venezuela. El obsequio para el pueblo de Santa Ana en su aniversario es: (fanfarria) ¡una nueva promesa!
Una vez serenas las emociones después de tal acto de desprendimiento, el Director de Escena retoma el control y pone orden distribuyendo el derecho a palabra con la misma facilidad con que hace promesas:
El Presidente: –La Ministra del Ambiente y los Recursos Naturales, Jackeline… para concluir con Anzoátegui ¿no?.Se concluye así, ¡pim, pom, pam y ya!, con el Estado Anzoátegui el que se puede dar por servido pues le queda una promesa de construcción de una carretera que conectará un pueblo con la vía principal; la orden de convocar una reunioncita ahí entre los alcaldes y la Ministra del Ambiente, para ver si es que sale un plancito de trabajo, y con la posibilidad de que en algún momento puedan llegar a reunirse el Ministro Rafael Ramírez y el Gobernador para “hacer un plan de trabajo, una reunión técnica para VERDADERAMENTE salir de este problema”. Pero lo más importante: el Estado Anzoátegui puede empezar a brincar en una pata porque para esa entidad ya se comenzó a pedir dinerito (recursos, lo llaman ellos) ¡y por millardos!
La Ministra del Ambiente: –Tal como usted lo dijo, el problema más grave de esta región es el agua; la falta de disponibilidad de agua susceptible de ser potabilizada; para eso conversamos y mañana va a ser presentada en el gabinete territorial…
¡Oh, maaañana, mañana, mañanaaa…! O, como decía mi abuelita cuando le hacían lo que hoy conocemos por ofertas engañosas y que para ella eran, simplemente, promesas que sabía no le iban a cumplir: “De mañana en mañana te vengo a ver ¡cuándo será mañana para volver!”
La Ministra del Ambiente: –… y mañana va a ser presentada en el gabinete territorial la solución para dos estados que es Sucre y Nueva Esparta, en Anzoátegui se ha venido haciendo inversión pero en la parte norte. En la parte sur de Anzoátegui no hemos hecho inversión.
En casi siete (7) años no han hecho inversión. Eso sí está bueno, es decir, si este gobierno se rigiera por las normas anteriores cuando los presidentes ejercían sus funciones durante cinco años, hubiera terminado el quinquenio sin haber invertido nada en la zona sur de Aanzoátegui. La redundante pregunta que de un tiempo para acá nos venimos haciendo la mayoría de los venezolanos es: ¿Cómo es posible que -siendo este el gobierno que más recursos económicos ha percibido en toda la historia de Venezuela- todavía, después de casi 7 (siete) años haya regiones en las que no se ha hecho inversión alguna? Hay quien dice que la nación ha percibido más de cuatrocientos mil millones (400.000.000.000,oo) de dólares, algunos dicen que menos y otros juran que ¡uuuf! muchísimo más. Dejémoslo pues en cuatrocientos mil millones de dólare
La Ministra del Ambiente: –Recordemos que Hidrocaribe, así como el alcalde habla tan mal de Hidrocaribe ¿quién le paga a Hidrocaribe? Muy poca gente, muy poca gente; Hidrocaribe es una empresa quebrada.
O.K. Si es una empresa quebrada ¿con qué será que piensan ejecutar ese proyecto de inversión del que van a hablar maaañana, mañana, mañanaaa…? Por como se han venido desarrollando los acontecimientos, no debe estar lejos el momento en que se conozca la urgente necesidad de pedir más dinerito para poder empezar a hacer estas inversiones.
La Ministra del Ambiente: –Entonces, allí hay un proceso que debemos hacer: destacar el valor del agua potable, que la gente entienda que el agua potable es necesaria para todos yque tienen que pagarla, y también ordenar ahora la inversión hacia el sur que es la menos poblada.
El Presidente: –Esto me permite insistir en el tema que ya tocábamos en gabinetes anteriores: alcaldías y gobernaciones y la población en forma general, pero nosotros… debemos dar el ejemplo, hay que pagar el agua y pagar la luz.
El Presidente: –Pero entonces tenemos unas empresas… cómo, cómo van a cumplir con sus tareas si hay unas deudas mil millonarias de alcaldías, gobernaciones, ministerios. Cuatro billones de bolívares. Yo le he pedido a los alcaldes, gobernadores que, en una primera etapa lo estoy diciendo de esta manera pero le dije a la Ministra del Ambiente, por la parte de las hídricas, y al Ministro de Energía por la parte de Cadafe y todas las filiales de Cadafe: que si pasa un tiempito, no muy laaaargo, ustedes me dirán, y no hay respuesta entonces vamos a tomar medidas para cobrar eso. Para cobrar eso. Habrá que hacer una ley especial de cobro; para que el Fides, la Lae, un porcentaje de cada proyecto aprobado pase a un pote, pero eso tienen hay que pagarlo. Mi despacho, Almirante Torcat debe dar el ejemplo. El despacho de Miraflores.
¡Pero bueno, teniente coronel! Ministerios, gobernaciones y alcaldías, todas bolivarianas, llevan siete años sin pagar los recibos de agua y luz, manteniendo una deuda billonaria con esas empresas ¿y todavía les va a dar otra oportunidad? ¿Y el dineral que le han pedido para invertir? ¿Y el platal que les mandan desde la Capital? ¿Es que de esos cuatrocientos mil millones de dólares no les queda ni una ñinguita como para mandar a pagar el agua? ¡Bárbaros! Se devela el tumba’o de la revolución: pedir, pedir y pedir para desaparecer lo pedido.
El Presidente: –Falta de conciencia. Bombillos prendidos por todos lados. Miren, el cálculo que tuvimos el Ministro Rafael y yo hablando de este tema: el despilfarro energético en Venezuela se pierde de vista. Está más allá de Venus.
Que es bastante; es decir; que estemos sobrepasando Venus en cualquier materia o actividad es un adelanto -o un atraso, según como lo veamos- que nos dignifica. Malo sería que después de casi siete años ejerciendo todos los poderes, nuestros niveles de despilfarro energético, de corrupción, de ausencia de planificación, de ineficiencia, de atraso todavía estuviéramos rondando la luna. ¡Eso es progreso
El Presidente: –Pudiéramos ser uno de los países más despilfarradores de energía en este planeta. De agua también, pero la energía es más grave porque el agua al menos es visible ¿no? La energía no, en muchas partes no es visible.
Bueno, que alguien me explique. ¿Será un código especial, un lenguaje críptico usado en los gabinetes ministeriales para evitar la fuga de información? Porque, el Presidente tiene razón, la energía no es visible pero, por otro lado también debe saber, estoy segura, que la luz, una de las más apreciadas manifestaciones de la energía, es visible, y que si dejamos el aparato de aire acondicionado encendido, sabemos que lo está, no sólo por el ruido que hace, sino por el fresquito (en este caso más que visible es sensible). Y si no es por ahí, pues se hace visible vía recibo de cobro, ¡y cómo es de visible esa deuda cuando nos llega a casa y la tenemos que descontar de nuestras devaluadas unidades tributarias! De cualquier modo, a ver si entendí: Es más grave el despilfarro de energía porque no se ve. ¿Fue eso lo que dijo o mis niveles de incomprensión están llegando a Venus?
El Presidente: –En la transmisión, dime Rafael, estamos llegando cerca del 40%, ¿no es?El Ministro de Energía: – 41% de pérdida.
El Presidente: –¿Cómo?
El Ministro de Energía: – 41% de pérdida.
El Presidente: –¡De pérrrdida energética! Imagínense ustedes, vale… Pudiéramos regalarle ese 41%, en todo caso, a otros países.
Es decir: nada de inversión, nada de ver cómo es que vamos a resolver el problema energético tan grave que padece el oriente del país con ese dinerito extra que pueda entrar cuando la gente empiece a pagar. Es decir, que toda esta movilización, la reunión y las horas de cháchara no le han servido de nada al Sr. Presidente. El cuento de los déficit y los apagones y las mega inversiones como que le entró por aquí y le salió… O no le entró del todo. Lo único que le ha hecho ilusión, lo único que logró iluminarle un poquitín el rostro fue precisamente la idea de regalar lo que para él es sobra y para una mente previsiva sería ahorro.El Presidente: –¡En Haití, recuerdo que cuando venía el bicentenario de la revolución aquella de Haití, nos pidieron…
Y por supuesto les dimos ¿O no?
El Presidente: –¿El regalo de nosotros saben cuál fue, a los hermanos de Haití
¡A!, sí les dimos. No podía ser de otra manera, si estábamos celebrando el bicentenario de la revolución aquella –cuál no importa– lo trascendente es que era una revolución y había que dar.
El Presidente: –Unos barcos llenos de fuel oil para que pudieran encender las luces de Puerto Príncipe la noche de la fiesta. Para poder encender todas las luces.
Y ya, caímos en el anecdotario didáctico, principal fuente de inspiración para el Presidente. Roguemos porque no se quede pegado allí pues entonces el gabinete pasaría de ser inmóvil a anquilosado en Anzoátegui.
El Presidente: –Ustedes pasan de noche en avión por África, y África es oscura de noche. Hay un mapa, incluso. Hay un mapa del mundo con las luces; el África se apaga de noche. Las islas del Caribe, aquí mismo, oscuras de noche, muy pocas luces prendidas. En cambio nosotros, luces por todos lados.
Él como que no entendió que el problema no está en la cantidad de luces que se enciendan o se dejen de prender; la complicación se presenta cuando las alcaldías, gobernaciones y el gobierno en general ni apagan ni pagan el consumo eléctrico. Ese consumo que hace que cuando nos retraten desde el espacio, las calles, avenidas, autopistas plazas y afines de cada ciudad de Venezuela estén encendidas. ¡Que alguien le diga, antes de que siga haciendo el ridículo, que la pérdida se genera porque se roban la luz… o no la pagan, que es lo mismo.
El Presidente: –Yo hago un llamado y sobre todo nosotros somos los primeros responsables… Campaña comunicacional, Izarra.
Fin de la reunión. Aprendimos maravillas, a saber, dos puntos:
1.- Que a los habitantes del oriente del país se les siguen quemando las neveras y los televisores a pesar de que le han entrado –que sepamos– 1.900 millones de dolarillos para resolverles ese problema; que Venezuela se ve toda iluminada desde el espacio porque somos unos despilfarradores y encima no pagamos las cuentas; que es más fácil despilfarrar la luz porque no se ve; que después de casi siete años y cuatrocientos mil millones de dólares ganados Venezuela sigue cundía de problemas pero, no importa, los vamos a resolver.
2.- Pero nadie dijo qué pasó con los 600 millones de dólares que habían pedido en agosto del año anterior para resolver el problema de energía del oriente del país. Ni cómo es que en enero pidieron otros 1.300 millones más si todavía no han rendido cuentas de los anteriores. Nadie preguntó cómo es posible que si en cuatro años apenas se ha ejecutado un 18% de lo presupuestado, se esté pidiendo más y más y más dinerito. Al presidente se le pasó averiguar cómo es que a pesar de ese dineral otorgado, el oriente de Venezuela todavía está viviendo una terrible crisis energética tan grave que necesita más inversión.