Este articulo fue publicado en inglés en Venezuelanalysis.com y apareció originalmente en el National Catholic Reporter
Bajo escrutinio por su rol en Venezuela, el Fondo Nacional para la Democracia (NED – National Endowment for Democracy) emprende lo que los críticos señalan como una campaña para defender sus actividades en la región sudamericana mientras se enfrenta con el Presidente Hugo Chávez y sus aliados. El líder venezolano ha atacado a la organización financiada por Estados Unidos por dar aproximadamente 1 millón de dólares al año a grupos de la oposición, incluyendo algunos que apoyaron un intento de golpe en abril de 2002 en su contra. El Fondo Nacional para la Democracia niega que alguno de los grupos que ellos financiaron haya participado en el golpe, y sostiene que las organizaciones pro-Chávez no han recibido financiamiento porque ellos no han lo han solicitado (NCR, el 2 de abril).
Un grupo apoyado por el Fondo, Súmate, que recibió una subvención de 53,400 dólares en septiembre del 2003, está en el centro de un polémico referéndum revocatorio que busca la expulsión de Chávez. Después de meses de disputas, las autoridades electorales declararon el 3 de Junio que los opositores de Chávez recolectaron suficientes firmas para que se realice un referéndum, que puede tomara lugar en agosto.
Con Chávez y sus aliados intensificando los ataques en su contra, el Fondo Nacional para la Democracia difundió una carta que defiende su trabajo, la cual está firmada por dos importantes figuras políticas, la antigua Secretaria de Estado Madeleine Albright y el Senador John McCain, R-Ariz. Ambos forman parte del directorio de dos de los cuatro subgrupos del Fondo.
“El Fondo Nacional para la Democracia es una organización no gubernamental dedicada a promover la democracia por todo el mundo”, señaló la carta del 20 de abril, que también fue firmada por Vin Weber, el presidente del directorio del Fondo. Activo en 80 países y gozando de apoyo bipartidista, el Fondo busca aumentar la transparencia en la administración pública, mejorar la gobernabilidad, y defender y proteger mejor los derechos humanos y políticos.
La carta y una nota no firmada que la acompañó eran una respuesta a un candente discurso dado el 31 de marzo por el embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos, Jorge Valero. El Embajador acusó al Fondo de emprender un plan de desestabilización en Venezuela buscando el derribar a Chávez y financiar grupos cuyos líderes participaron en el golpe. El Fondo Nacional para la Democracia trata sistemáticamente de crear un ambiente de inestabilidad y promover el quiebre de la democracia institucional en el país, cuyas acciones están dirigidas a un objetivo final: el derrocamiento del presidente constitucional de Venezuela, Hugo Chávez, Valero dijo.
El Fondo descalificó las acusaciones diciendo en la nota que, ni ellos, ni los grupos que ellos financian tuvo algún tipo de relación con el golpe. El mismo día el Fondo difundió la carta y la nota, también publicó un resumen de su trabajo en Venezuela en su página Web. Dos semanas más tarde, el 4 de mayo, Valero respondió con su propia carta al Fondo, haciendo un llamado a la organización a terminar su trabajo en Venezuela.
Eva Golinger, una abogado venezolana-americana que vive en Brooklyn, Nueva York, y quién obtuvo 2,000 páginas de documentos del Fondo que detallan su trabajo en Venezuela, sostiene que la ofensiva de la organización está dirigida a hacer callar a los críticos como ella. Golinger ha compartido la mayor parte de la información con Chávez, y afirma que está furioso. “Madeleine Albright y John McCain están allí como figuras intimidatorias como para hacer creer que este es un problema serio, desistan de esto” dice Golinger. “Esto es sólo para intimidar”.
Chris Sabatini, veterano director de programas del NED para América Latina, descartó la aseveraciones de Golinger como paranoia y dijo que la organización se defendía simplemente de una serie de acusaciones que él llamó calumnias. “No estamos a la ofensiva tampoco sentimos que necesitamos hacerlo” dijo Sabatini. “No hay ninguna intimidación…. Acaso NED no tiene derecho de responder a esas acusaciones?”
Golinger dice que aunque le gustaría ver al NED fuera de Venezuela, es poco probable debido al amplio apoyo bipartidista de que el Fondo goza en el Congreso de EE.UU. De todos modos, dijo que planea concentrarse primero en Súmate. Golinger dijo que una de las líderes del grupo, Maria Corina Machado, apoyó el golpe contra Chávez y firmó un infame decreto redactado por Pedro Carmona, un importante hombre de negocios que brevemente sustituyó a Chávez. El decreto desmanteló la democracia e instaló una dictadura eliminando el Congreso, la Corte Suprema y la Constitución. Carmona lo presentó en el Palacio de Miraflores mientras que empresarios de la elite venezolana, dueños de los medios, líderes de Iglesia Católica y otros lo apoyaron y lo firmaron. Súmate no es una organización que apoya un proceso democrático, Golinger dijo. Esta organización no tiene cimientos democráticos.
Sabatini no negó que Machado haya firmado el decreto. Pero dijo que entre el caos del golpe, ella y los otros no sabían lo que habían firmando. Cada uno fue convocado al palacio y ante este pedazo de papel que circulaba frente de ellos, lo firmaron, dijo Sabatini. No estaba realmente claro lo que ellos estaban firmando.
Dijo [Sabatini] que si hay que cuestionar las credenciales democráticas de alguien, son las de Chávez, un antiguo paracaidista que condujo un fracasado golpe en 1992. “Él organizó un golpe sangriento en el cual bombardeó la ciudad, dijo Sabatini. ¿Ahora, de repente él es un demócrata?” Sin embargo añadió, que Chávez es el presidente legítimo a nivel nacional, democráticamente elegido.
En una entrevista telefónica el 17 de mayo, Machado contradijo las declaraciones de Sabatini y dijo que ella nunca firmó el decreto – aunque Golinger diga que ella tiene una copia de ello con la firma de Machado. Machado dijo que visitó el palacio presidencial durante la estadía de dos días de Carmona en respuesta a una invitación de su esposa, una amiga cercana, pero que no estaba presente durante la firma del decreto.
Signatarios como Maria Corina Machado firmaron en páginas separadas ya que al libro de asistentes a la auto-juamentación del dictador Pedro Carmona, se le acabaron los espacios. Nótese a Omar Camero, presidente de Televen; Eccio León Rodríguez, de la empresa de bolsa Humbolt Investments Mercado de Capitales; y Albertina de Petricca de CMT y ahora del periodico El Norte. |
Machado defendió su organización, diciendo en español que no hay ninguna organización que haya trabajado tan duro para una salida democrática a la crisis política de Venezuela como Súmate. Ella también alegó que el gobierno persigue al grupo, con acusadores que en mayo la llamaron -a ella y a otro líder- para interrogarlos sobre cargos no especificados. Andres Izarra, portavoz de la embajada venezolana en Washington, dijo que el procurador general de Venezuela investiga al grupo por traición y conspiración porque el hecho que organizaciones reciban financiamiento del exterior por parte de grupos como el Fondo Nacional para la Democracia es una violación a la ley venezolana.
Con la controversia sobre el Fondo madurando, Chávez aumenta sus acusaciones en contra de los Estados Unidos como participe directo en el golpe. El gobierno del Sr. Bush tomó la decisión hace tres años de derrocar al gobierno venezolano, sólo que se encontraron con la sorpresa del siglo, dijo Chávez en un discurso el 13 de abril. También declaró que los Estados Unidos es responsable de la violencia en Irak, diciendo que la culpa por todos los muertos tiene un nombre: George W. Bush.
Al día siguiente, el máximo encargado de Bush para América Latina, Roger Noriega, dijo que los ejemplos negativos de Chávez aumentan y sugieren que las relaciones diplomáticas sean cortadas. Obviamente queremos mantener relaciones normales, pero es muy difícil cuando el presidente sigue con declaraciones tan negativas e irresponsables sobre mi país, dijo Noriega.
Las tensiones se intensificaron otra vez en mayo días antes de que las autoridades electorales procedieran a un proceso de reparación de tres días para determinar si los residentes firmaron correctamente las peticiones para el referéndum que eran cuestionadas; Noriega declaró que ellos [la oposición] tenían suficientes firmas para forzar un referéndum. Las autoridades venezolanas lo acusaron de entrometerse y tomar partido por la oposición.
Mientras tanto, Sabatini sostiene que la controversia sobre las actividades del Fondo en Venezuela es limitada y no afectará a su trabajo. Pero Golinger insiste que el trabajo del grupo alimenta las convicciones de Chávez que el gobierno estadounidense apoyó al golpe y que todavía quieren derrocarlo. Él usa esta información para acusar al gobierno de los Estados Unidos de participar en un golpe que causó la muerte de ciudadanos venezolanos, así como también de una continua campaña de desestabilización, dijo Golinger. “Él ha hecho esa conexión”.